Esta derrota de los New York Knicks es difícil de entender. Iban ganando 116-102 y luego 119-105 con menos de tres minutos por jugar contra los Indiana Pacers en el primer partido de las Finales de la Conferencia Este.
Con esa ventaja de 119-105, la probabilidad de victoria de ESPN daba a los Knicks un 99,7% de posibilidades de ganar el partido.
Jugaban en casa ante un público enfervorizado en el Madison Square Garden. No debería haber dudas sobre el resultado.
Pero entonces el alero de los Pacers Aaron Nesmith encestó seis triples en tres minutos. Los Knicks fallaron varios tiros libres. Y Tyrese Haliburton encestó un loco buzzer beater al final del tiempo reglamentario.
¿Lo más loco? Los Knicks todavía tenían una oportunidad después de eso, porque el dedo del pie de Haliburton estaba en la línea para hacer su tiro de 2 puntos que sólo forzó el tiempo extra.
Y en la prórroga, los Knicks ganaron por dos canastas a mitad de camino.
Esa ventaja tampoco se mantuvo.
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Esta estadística de Associated Press lo resume todo:
"Los Knicks ganaban por 14 con 2:45 por jugar en el 4º cuarto y ahora están en la prórroga contra los Pacers. Los equipos que lideran un partido de Playoffs por 14+ en los últimos 2:45 del 4º cuarto tienen un récord de 994-0 en la era del play-by-play (desde 1997)".
Que sea 994-1.
Nueva York se quedó contemplando una noche de pesadilla en el MSG, mientras los visitantes Pacers celebraban otra remontada loca en los playoffs en una postemporada que ha estado llena de ellas.
Los Knicks pasaron gran parte de su última ronda sorprendiendo a los Celtics con locos déficits superados.
Ahora, sin embargo, Nueva York pudo sentir cómo es el otro lado. Y si el silencio posterior al partido en el MSG fue una indicación, no es algo a lo que los aficionados de los Knicks quieran acostumbrarse.
Conmocionados podrían ser las palabras. ¿De qué otra forma se puede reaccionar ante una de las peores derrotas de la historia de la franquicia?
* Artículo original por Billy Heyen. Traducido por Mauricio Codocea.